tag:blogger.com,1999:blog-476788540143303281.post5620700259987087407..comments2023-08-10T13:02:26.029+02:00Comments on Medicina en la cabecera : Los pecados capitales 2: la lujuriaRaul Calvo Ricohttp://www.blogger.com/profile/05397287280825897974noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-476788540143303281.post-24899031992394288412015-07-14T01:22:46.401+02:002015-07-14T01:22:46.401+02:00Gracias por este nuevo capitulo tan ameno como ins...Gracias por este nuevo capitulo tan ameno como instructivo y descriptivo, en el que se describen los pasos que, de una u otra manera, tal vez hemos dado todos los que estamos en esta bendita profesión y quizás también en otras caracterizadas por su gran componente vocacional: curas, maestros… toreros, etc.…<br /> Lo de titularlo "lujuria" quizas es un acto mas de humildad o autocrítica tal vez no muy justa, pues en el fondo se trata de los rasgos propios de la etapa juvenil profesional, caracterizada por el exceso de energía, de ímpetu vocacional, de atreverse a ir contra el viento... en suma: de exceso de generosidad.<br /><br />Se supone que es una etapa necesaria para pasar a otra, mas madura, mas real, y no menos fecunda, caracterizada por el equilibrio entre lo que podemos y queremos hacer, manteniendo siempre lo que nunca debe cambiar: lo que debemos hacer osea lo valores eticos. <br />Pero lo importante seria no caer en el desengaño y en la deserción profesional <br />Ya que tienes la suerte de trabajar en la tierra mas querida por al maestro G. Marañon exponemos algunas de sus palabras:<br /><br />"Los médicos, cuando se nos ha pasado la hora de la pedantería juvenil, sabemos<br />que todas las enfermedades, las reales y las imaginarias, que son también muy<br />importantes, pueden reducirse a una sola: la tristeza de vivir. Vivir, en el fondo, no es usar la vida, sino defenderse de la vida, que nos va matando; y de aquí su tristeza inevitable, que olvidamos mientras podemos, pero que está siempre alerta."<br /><br />“En verdad un gran médico es algo más que el triunfo profesional y social; es el<br />amor invariable al que sufre y la generosidad en la prestación de la ciencia, que han de brotar en cada minuto sin esfuerzo, naturalmente, como el agua del manantial.<br /><br />Solo así se es dignamente médico, con la idea clavada en el corazón de que<br />trabajamos con instrumentos imperfectos y con medios de utilidad insegura, pero<br />con la conciencia cierta de que hasta donde no puede llegar el saber, llega siempre<br />el amor”.<br />Juan F. Jimenezhttp://humanismomedico.blogspot.com.es/noreply@blogger.com